lunes, 2 de diciembre de 2013

CAMPAÑA: Navidad para los Perros, Gatos y todos los Animales


Los perros aborrecen los ruidos fuertes y repentinos.

Según un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Bristol (Reino Unido), el 45% de los perros domésticos muestran conductas de miedo cuando oyen fuegos artificiales y/o petardos. Las explosiones les ponen frenéticos; pueden temblar, gemir, ladrar, esconderse donde sea, correr como locos, orinarse... ¿Qué podemos hacer para ayudarles?

Primero, hay que intentar desensibilizarlos. Busca vídeo o audio de fuegos artificiales (hay muchos en la red y se pueden descargar fácilmente) y reprodúcelo, con el volumen bajo, a la vez que le das al perro algo que le guste (algo rico de comer, un juguete). Esto convendría hacerlo varias veces al día, y luego, ir subiendo el volumen gradualmente. Si tu amigo perruno se muestra agobiado, baja la intensidad y comienza de nuevo. Hay que repetir pacientemente este proceso hasta que tu mascota sea capaz de tolerar las explosiones a un volumen bastante alto sin tener ataques de pánico. 

Se trata de un procedimiento, por supuesto, que requiere tiempo y anticipación. Si los fuegos artificiales te llegan de improviso, cierra las ventanas y las persianas y sube la tele o pon música para ahogar, en lo posible, el ruido. Si el perro quiere esconderse en su caseta, debajo de la mesa o de la cama, no se lo impidas. Habla con tu veterinario para que evalúe la necesidad de recetarle al animal un fármaco para la ansiedad; no lo mediques tú. Y pregunta también por la posibilidad de ponerle unos tapones especiales para perros en los oídos. 

Si tienes oportunidad, asegúrate de que se cansa físicamente antes de que empiece la pirotecnia y se desate el caos. Dale un buen paseo; un perro agotado se pone menos nervioso. 

Recuerda que los perros son animales sociales y que se sentirán mejor si, en estas situaciones de estrés, cuentan con compañía y consuelo. Mantén la calma y no le castigues por asustarse.